Hace 30 años secuestraban a la fundadora de Madres



Hace 30 años la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor de Devicenti, era secuestrada por un grupo de tareas que comandaba el ex marino, Alfredo Astiz, actualmente detenido por crímenes durante la última dictadura militar.

En aquella oportunidad, Azucena Villaflor se encontraba junto a Mary Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga juntando firmas y dinero para una solicitada en que denunciaban el secuestro y desaparición de sus hijos cuando fueron secuestradas y trasladadas a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde fueron torturadas y posteriormente asesinadas..

"Los llevaron a todos a la Escuela de Mecánica de la Armada y los torturaron y a los pocos días los llevaron a un 'vuelo de la muerte' especial, porque el objetivo era desarticular mediante un escarmiento a ese movimiento de mujeres que no se detenían ante
nada"
, aseguró Ana Bianco, hija de Mary y hermana de Mónica, una militante secuestrada en abril del '76 y cuya desaparición puso en marcha a su mamá.

Aquel día, el grupo inicial de Madres de Plaza de Mayo estaba acompañado por dos monjas francesas que las ayudaban, Alice Domon y Leonie Duquet -militante de derechos humanos- y otros seis familiares que colaboraban en esa tarea: todos fueron asesinos tras ser torturados en la ESMA.

Treinta años. Al cumplirse hoy tres décadas de ese hecho, el grupo será recordado en la porteña Iglesia de la Santa Cruz.. Ana Bianco investigó en detalle el episodio para un documental en producción y aún sin nombre, cuyo avance será presentado en el homenaje que se realizará por la tarde del sábado.

"Astiz fue el Judas, pero el plan político de ese golpe fue ideado por (Eduardo) Massera y el Tigre Acosta. Las mataron enseguida porque los cuerpos fueron sepultados como NN en el cementerio de General Lavalle durante diciembre, cuando aparecieron en las costas bonaerenses arrastrados por la corriente", precisó.

Algo falló en el plan de los represores porque el 10 de diciembre de 1977, la solicitada en que trabajan las tres madres apareció a toda página en el diario "La Nación", rompiendo el muro de silencio que desde fines de abril esas madres buscaban quebrar reuniéndose en Plaza de Mayo a instancias de Azucena.

Tenía unas 2.500 firmas, en su enorme mayoría de mujeres que usaron sus apellidos de casadas para "identificar" a sus hijos, y entre ellas puede localizarse a algunos que luego alcanzaron trascendencia: Cata Guagnini, Marta Vázquez, Graciela Fernández Meijide, Carmen Lapacó, María Adela de Antokolotez, Chela Mignone, o el aguerrido grupo de La Plata que integraban la primera presidenta de las Abuelas, Chicha de Mariani y Hebe de Bonafini.

También, en la tercera columna puede leerse repetido dos veces el nombre Gustavo Niño, ese joven rubio que se hizo pasar por un familiar de desaparecido de Mar del Plata pero en realidad hacía la "inteligencia" del secuestro: era Astiz.

El texto fue tipiado con cinco copias por el marido de Nora Cortiñas y quince madres debieron pedir certificado de domicilio a la policía para cumplir con las exigencias del diario para publicarla.

"Sólo pedimos la verdad". El encabezado de la solicitada conserva aun hoy una pasmosa actualidad: "Sólo pedimos la Verdad", y está dirigido al presidente, "a la altos mandos de las fuerzas armadas", "a las autoridades eclesiásticas", y a la prensa, que también pregunta "donde están" los desaparecidos.

La propia aparición de esa lista parcial de desaparecidos desafía la lógica ya que el 8 de diciembre, al concluir una reunión para recolectar dinero, la patota de la ESMA secuestró en la vereda de la iglesia a Bianco y Careaga junto a la monja Domon.

En el arrebato también se llevaron a la militante de derechos humanos Ángela Auad y a los activistas Patricia Oviedo, Raquel Bulit y Gabriel Rorani, mientras que horas antes ya habían hecho lo propio con Remo Berardo, Julio Fondovilla y Horacio Ebert.

Pese a los secuestros de sus compañeras, Azucena Villaflor y las demás Madres lograron concretar la publicación, que apareció el mismo día en que ella fue secuestrada de su casa de Sarandí, casi al mismo tiempo que la hermana Duquet de una capilla en Ramos
Mejía.

Los rostros de estas tres Madres de la Plaza de Mayo y de las dos religiosas sonríen, 30 años más tarde, desde las gigantografías ubicadas a la derecha del altar de la Iglesia de la Santa Cruz, base de la congregación pasionista, de origen irlandés. [Telam, Perfil]

(8 y 10 de diciembre de 1977)

ABUELAS DE PLAZA DE MAYO

MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA

El 8 de diciembre de 1977, un grupo de Madres y familiares, entre los que se encontraba infiltrado el teniente de navío Alfredo Astiz, estaba reunido en la Iglesia de la Santa Cruz con el propósito de recaudar fondos para la publicación de una solicitada con la lista parcial de detenidos-desaparecidos.

El Grupo de Tareas GT332 de la Armada secuestró a la salida de la iglesia a siete personas (Esther Careaga, Mary Bianco, Alice Domon, Angela Auad, Patricia Oviedo, Raquel Bulit y Gabriel Horane) Como parte del mismo operativo esa mañana había sido secuestrado Remo Berardo y por la tarde Julio

Fondovila junto a Horacio Elbert. Las Madres pese a los secuestros de sus compañeras publicaron la solicitada el 10 de diciembre de 1977 en el diario La Nación. Ese mismo día el operativo se completaría con el secuestro de Azucena De Vincenti y la religiosa franco-argentina Leonie Duquet, en diferentes zonas de la Provincia de Buenos Aires.

En mayo de 1977 el padre Mateo Perdía había abierto las puertas de la Santa Cruz para que se reuniesen los familiares de los desaparecidos. Con los secuestros de las dirigentes de las Madres, Esther Careaga, Mary Bianco y Azucena De Vincenti -como eran nombradas por ellas mismas en esos años- el enemigo intentó desarticular la fuerza arrolladora de ese movimiento inicial, que contó con el apoyo solidario de familiares de desaparecidos, militantes políticos y religiosas que pasaron a la historia como el grupo de la Santa Cruz.

En el año 2005, el Equipo Argentino de Antropología Forense, identificó y recuperó a cinco personas integrantes del grupo de la Santa Cruz, quienes fueron vistas en la Esma según testimonios de sobrevivientes y constató que habían sido torturadas, arrojadas vivas al mar en los conocidos “vuelos de la muerte” y enterradas como NN en diciembre de 1977 en el cementerio de General Lavalle (Provincia de Buenos Aires). Por decisión de sus familiares están “sembradas” en el Solar de la Iglesia de la Santa Cruz y corresponden a las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo: Mary Bianco y Esther Careaga, y han sido esparcidas parte de las cenizas de Azucena De Vincenti, junto a los restos de la religiosa franco-argentina Leónie Duquet y de la militante de Derechos Humanos, Angela Auad.

En memoria de las recuperadas: Madres de Plaza de Mayo Esther Careaga, Mary Bianco y de Azucena De Vincenti y de la religiosa Léonie Duquet, y de Angela Auad.

En memoria de los compañeros del grupo de la Santa Cruz que aún permanecen desaparecidos: Remo Berardo, Raquel Bulit, Julio Fondovila, Horacio Elbert, Gabriel Horane, Patricia Oviedo y de la religiosa franco-argentina Alice Domon, exigimos en el marco del 30 aniversario del golpe de Estado: Justicia. No vamos a olvidar."La verdad nos hará libres". "La impunidad no será eterna". Juicio y castigo a todos los culpables, cárcel común a todos los genocidas.

Por la aparición con vida de Julio López. Y en memoria de los 30.000 detenidos-desaparecidos. ¡PRESENTES!

Nunca más